Wednesday, April 16, 2014

Adictiva miseria . . .

Eres mas dulce que la ambrosia
Una flor bella y esplendorosa 
Comandas respeto con sutileza
Majestuosa  como la Luna

Sin embargo, regusto amargo
Tu dorsal espinado 
Tenerlo es perder un dedo
Lo se, y no lo dejo

La gran Heroína de mi vida
Me tienes en tu regazo
Me sonríes, dulce mía
Mientras me estrujas la vida

Todo tenemos vicios. Yo tengo los mios. Tu tienes los tuyos. Son diferentes. Y a la vez, similares. Los peores, son los que se disfrazan de borreguitos. Lindas y tiernas. 
Son la adicción a la gente. Especialmente, a la gente que no debemos querer. Somos tan adictos, una que otra vez. Esa gente que nos mata con sonrisas mal dulces que la melancolía. Nosotros lo sabemos. Cada quien lo puede ver, pero no hacemos nada al respecto. No queremos desquererlas. Las vemos y confundimos la quemazón del hielo con la calidez del fuego. 
Pero, a la vez, acaso realmente son mala gente? O somos nosotros los que caemos en una trampa de nuestra propia concepción? 
A veces, realmente somos nosotros los que nos hacemos daño. Pero el orgullo es tal. Y nos gusta culpar a alguien mas. 
Pero, y si es lo primero?
Es un circulo. No tiene principio ni fin. Esperfecto y  eterno. A su vez, fragil y quebrantable. Pero, para detenerlo hay que destruirlo. Como desteuir la belleza?
Acaso no es un poco suficiente para encerde un fuego..?

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